Feminismo marxista
El feminismo marxista sugiere que la opresión hacia las mujeres proviene del sistema capitalista, impulsado a su vez por el patriarcado. Ambos factores generan consecuencias sociales y económicas que discriminan a la mujer e impiden su acceso a los mismos derechos que los hombres.
El feminismo marxista es una corriente de la teoría feminista que defiende la abolición del capitalismo y la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres, partiendo de que el sistema capitalista conlleva la opresión de las mujeres, materializada en desigualdad económica, confusión política, moral burguesa y relaciones sociales insalubres.
La concepción de la propiedad privada, así como de la familia (creación del mismo sistema capitalista) es, para muchos pensadores marxistas y socialistas, el punto de eclosión de la opresión del sexo femenino en la sociedad. Por ende el único modo de liberación al que este sexo puede recurrir, según Marx, es acabar con este sistema, al igual que involucrarse con mayor frecuencia en el trabajo, en donde, tanto hombres como mujeres, participen en condiciones igualitarias obteniendo la misma distinción por el nivel de productividad generado de ambas partes.
El feminismo marxista es una corriente de la teoría feminista que defiende la abolición del capitalismo y la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres, partiendo de que el sistema capitalista conlleva la opresión de las mujeres, materializada en desigualdad económica, confusión política, moral burguesa y relaciones sociales insalubres.
La concepción de la propiedad privada, así como de la familia (creación del mismo sistema capitalista) es, para muchos pensadores marxistas y socialistas, el punto de eclosión de la opresión del sexo femenino en la sociedad. Por ende el único modo de liberación al que este sexo puede recurrir, según Marx, es acabar con este sistema, al igual que involucrarse con mayor frecuencia en el trabajo, en donde, tanto hombres como mujeres, participen en condiciones igualitarias obteniendo la misma distinción por el nivel de productividad generado de ambas partes.
El reconocimiento de la opresión que sufre la mujer, era un tema ya presente desde el Manifiesto Comunista, escrito por Friedrich Engels y Karl Marx. Marx tomaba a la división de clases como el comienzo de la desigualdad, de la violencia, y estragos a los que se enfrentaba la mujer; por su parte, Engels propuso que el origen de esta opresión, además de estar relacionada con la clases sociales, apuntaba hacia la aparición de la idea de la familia y el matrimonio.
Así mismo, los revolucionarios rusos, León Trotski y Vladimir Lenin, coincidieron con estas ideas. Trotski señaló al ideal de la familia como la fuente opresora de la mujer, que únicamente señala a ésta como mecanismo reproductor de la fuerza de trabajo futura para el sistema capitalista, a lo que Lenin le llamó como esclavitud doméstica.
Desde la revolución de 1830 en Francia y Europa nacen las primeras organizaciones grupales de esposas de los revolucionarios, las cuales durante el siglo XIX fueron describiendo los problemas y crisis sociales del sistema en que habitaban las mujeres, explotación laboral, abusos sexual y físico en los hogares, falta de salud y protección estatal, delincuencia juvenil, malnutrición de la población, analfabetismo de la mujer, trabajo infantil que afectaría a millones de hijos y nietos de mujeres en las industrias, los primeros grupos feministas del mundo y Europa nacen bajo la revolución de 1847-1848, 1890 y luego 1917 y 1918 Revolución rusa, es la base origen del feminismo mundial y legado de la Revolución Francesa y sus post revoluciones.